sábado, 11 de mayo de 2013

EL LADRÓN DE SUEÑOS




Arturo era un ladrón de sueños. Era un ladrón muy profesional. Entraba por las ventanas cuando la gente dormía y les sacaba los sueños con mucho cuidadito por la nariz. Luego los metía en pequeños botes y se los llevaba en un macuto.

Como era tan habilidoso la gente ni se daba cuenta de que le habían robado. Nunca forzaba las ventanas, las abría con pequeñas ganzúas. Nunca dejaba huellas. Al cabo de un tiempo, sin embargo, sus víctimas empezaban a encontrarse raras. Entonces iban al médico;

─ Doctor, no sé que me pasa, ya no duermo como antes.

─ ¿Pero por qué, no consigues dormirte?

─ Sí, sí que me duermo, pero me levanto como si nada.

El doctor, que era viejo, les miraba por encima de los anteojos y les decía;

─ Ve donde Arturo y dile que te devuelva tus sueños.

Y eso hacían.

Pero Arturo nunca se los devolvía completos. Como mucho les daba un trocito para que se fueran apañando pero la mayor parte del sueño se la quedaba él.

No podía devolvérselos.

Si los robaba era porque le hacían falta.

Es que Arturo nació sin sueños. Desde pequeño su madre le notaba una expresión rara en los ojos redondos, como de desolación.

─ A este niño le pasa algo –decía su madre para sí.  Y le daba vitaminas.

Un día su primo, que se quedó a dormir con él, estornudó muy fuerte mientras dormía y el sueño se le escapó. Arturo lo cogió al vuelo y se lo quedó.

Así empezó su carrera delictiva.

Cuando Arturo murió, casi a los noventa años, encontraron una habitación en su casa toda llena de anaqueles llenos de pequeños frascos de cristal, como en las farmacias antiguas. Cada uno de los frascos llevaba su etiqueta, con la fecha y la descripción del sueño, y estaban clasificados por temas.

11 de Mayo del 75, decía uno, por ejemplo, “Sueño romántico de adolescente”.

Sueño erótico”, ponía en otro, “Manejar con cuidado”.

PESADILLA”, ponía en algunos con grandes letras rojas,  “PELIGRO. NO TOCAR”.

La gente del pueblo entró a saco y se los llevó todos. Algunos frascos se rompieron, pero la mayoría llegaron intactos a las casas.

El alcalde decidió que eran las Ferias del Pueblo, aunque todavía faltaban cuatro meses para la Patrona.

El pueblo entero se tiró durmiendo una semana. El alcalde, dos.

Los turistas no se lo explicaban.




Vera, 18 de Septiembre de 2007

5 comentarios:

  1. Pues me comentaré a mí misma, ya que no me comenta nadie. Que cosa mas triste...

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    1. Increible tu cuento pilar
      Un beso tu admirador secreto

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    2. Muchas gracias, admirador secreto. ¿Por casualidad te llamas Jaime y estudias arquitectura en Granada? Ay, que madre mas lista tienes.

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  2. Un cuento espectacular, de verdad.
    Robar sueños es algo que la autora debería haber catalogado como delito, aunque solo consistieran en sueños que cada uno almacena en su conciencia RAM.
    Afortunadamente hay otros que ni siquiera Arturo hubiera conseguido arrebatar como los sueños que nos mantienen despiertos procurándolos hacer realidad.

    De verdad, me ha gustado.

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    1. Muchas gracias Jose Antonio. Es un cuento antiguo ya, uno de los primeros. Lo escribí una noche en que no podía dormir.
      Un abrazo.

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